Seguramente alguna vez en tu vida jugaste al bingo, en el bazar de tu colegio, con la abuela en salas de bingo, por diversión con tus amigos en casa, con la familia en Navidad o en algún programa que daban en la televisión colombiana. Este juego de azar es sin duda uno de los juegos más populares que han existido en el mundo a lo largo de la historia. Jugarlo es tan emocionante que cuando se gana lo primero que se nos ocurre gritar es ¡BINGO!, pero ¿por qué tiene este nombre? 

¿Cómo, cuándo y dónde nació el bingo?

El origen del bingo no se conoce con gran precisión, pero lo que sí es seguro, es que hay varios hechos históricos que nos dan datos importantes sobre su misterioso nacimiento.

Algunos dicen que este juego de azar nace en la época romana, en este momento histórico se jugaba con una tabla que se debía ir llenando con símbolos y figuras, que iban saliendo por casualidad mientras se participaba con otros contrincantes.

El bingo conquista Europa

Otra de las versiones cuenta que este juego como lo conocemos al día de hoy, nació en Italia hacia el siglo XVI y que se llamaba “Lo Giocco del Lotto d’Italia”, un tipo de lotería que existía en ese país para esa época. Para 1770 se introdujo a Francia con el nombre de “Le Lotto”, pero allí solo era un juego exclusivo para las personas de clase alta o de la crema y nata, como le decimos coloquialmente en Colombia a las personas adineradas.

Luego de su llegada a Francia, el bingo poco a poco se fue expandiendo por toda Europa durante el siglo XVIII. En 1800 llegó a Alemania, en donde se introdujo como un juego educativo y se jugaba principalmente en los colegios de ese país. Los niños alemanes aprendían a deletrear palabras, conocían algo de historia y se llenaban de conocimiento en matemáticas mientras se divertían con este juego.

Pasado turbio del bingo

A España llega cerca del siglo XIX, pero gracias a las dictaduras del Primo de Rivera y Francisco Franco, se prohibieron todos los juegos de azar, pero para 1977 se volvieron a legalizar. En este momento el bingo se empezó a usar para recaudar dinero, muchos negocios ilegales en esta época lograron conseguirlo a través de este juego y sus prácticas clandestinas. En los 80 ‘s, el bingo obtiene una enorme popularidad en España, los locales ya disponían de zonas exclusivas para este juego, se servían bebidas y comida para darle un servicio completo al público que iba a jugar.

El bingo llega a América

En 1929 llega a Estados Unidos, jugándose por primera vez en la ciudad de Atlanta. En este país el juego del bingo se conocía para esas fechas como “Beano”, pero en 1930, Edwin S. Lowe, un fabricante de juguetes de Nueva York tras quebrar su empresa, se mudó a Georgia y allí encontró a una multitud jugando una especie de lotto usando fríjoles para marcar los números que hacían parte de los cartones, en el festival de Atlanta. Los jugadores cuando completaban una línea de números gritaban ¡Beano!, por el nombre en inglés bean.  Este particular personaje asombrado y emocionado con lo que había encontrado, regresó a Brooklyn, reunió a sus amigos y les enseñó este nuevo juego. Cuenta la historia, que una de sus amigas se llenó de tanta efusividad cuando ganó, qué en lugar de gritar ¡Beano! Gritó ¡Bingooo! Y en ese momento a Lowe le pareció que ese grito era el nombre perfecto para renombrar a este juego de mesa, así que lo cambió y le puso “Bingo”, que es la forma como actualmente conocemos a este motivo de entretenimiento.

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¡El bingo en las iglesias!

En 1934 se empieza a jugar en las iglesia para recolectar fondos, este momento fue clave para la historia de este juego, ya que gracias a esto se volvió más popular. Cuenta la leyenda que Wilkes Barre, un sacerdote, se encontraba en un momento difícil en donde su parroquia no podía mantenerse, por lo cual recurrió al bingo para lograr salvarla. Este se puso en contacto con Lowe y le comentó la propuesta, a la cual el empresario no se pudo resistir. El fabricante de juguetes junto a Carl Leffler, un amigo matemático, empezaron a diseñar cartones en donde agrupaban números con cifras diferentes no repetidos. Lograron sacar 6.000 para que Barre consiguiera recaudar el dinero necesario para su iglesia, lo cual fue todo un éxito, salvaron la economía de la parroquia y la noticia se hizo tan viral que Edwin Lowe aprovechó la situación para promocionar como loco su nuevo juego.

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